Recibido el 21 de Agosto, 2000.
Pregunto:
¡Y que hago para acercarme al Señor?
Honestidad responde:
Ora, pide… ora, pide…
Oramos juntos el padre nuestro, el ave maría y me dice:
PODEROSAS oraciones porque enaltecen al espíritu del Señor y de la Madre.
¡Siento otra presencia pero no sé quién es!, luego me doy cuenta quien es…
–El escuchar, si es humildad, «humillación» al aceptar que SOLOS no podemos abordar el camino día a día del Señor pero si permitimos SU presencia El en gracia nos redime y nos ACEPTA, tal cual somos y Él logra que CAMBIEMOS y la paz interior lograr!
¡Es la Virgen, Nuestra Madre!
¿Qué difícil el soltar la carga de la espalda y entregársela al Señor?
Nuestro Padre:
–No es tan fácil, lo comprendo pero es gusto en mí ayudar al hijo cuya carga es tan pesada, que las lágrimas ya no paran de llegar, yo transformo esas lágrimas YA LLORADAS POR MI HIJO POR USTEDES
Ya es tiempo de que el gozo otorgue, al comprender que el amor que yo les doy, porque SOY omnipresente, omnipotente no hay nada imposible en el reino del Señor…
Descansa Taty…