Este mensaje lo recibí también para una persona en específico. Para quienes siempre me preguntan acerca de esta comunicación y los mensajes, yo les puedo dar fe y testimonio del poder de la oración.
Esta es la tercera ocasión en estas últimas semanas en las que recibo estos mensajes específico, sin tener yo ningún conocimiento que estas personas han estado orando por determinada situación.
Este día llamo a la persona amiga para quien es este mensaje, y me comenta que ha recibido muchísimos mensajes personales, de muchas personas.
A todos ustedes que leen estos mensajes, sepan que son muchas las personas que están en comunicación en el país, con Dios y sus Ángeles. Mi manera de recibir, –escribiendo–, no es quizá la mejor en cuanto muchas veces me quedo corta en las palabras. Mucho menos es lo ideal el envío de estos mensajes por correo electrónico. Pero vean, que Dios se sirve de TODO para llegar a nosotros.
Dejo aquí anotado también, que mi amada Sarah, me envía un mensaje con uno de ustedes. Tengo la carta en mis manos, escrita del puño y letra de mi amiga y hermana. No tengo palabras para expresar la gratitud que siento con mi amiga, por ser también un medio para llenar mi corazón con el amor de Dios.
Agradezco a quienes oran mucho y me permiten ser un medio más para recibir respuesta de sus oraciones en los mensajes. Las Bendiciones que me otorgan con este servicio, estoy segura que les serán multiplicadas a su vez. Gracias siempre y recuerden: pidan, pidan, pidan, siempre. Pidan a Dios.
Honestidad dice:
–Se comienza, –como preguntas–, con la respiración. Al poder de la mente inmenso que da calma y da paz. El respirar tranquiliza.
No hay ya ninguna enfermedad en piel que te inhiba de recibir sol.