Mensaje 142

Después de recibir el mensaje 141 estuve pensando mucho en dicho mensaje. Hay muchas cosas que no alcanzo a explicar cuando estoy recibiendo, pero sí me queda cierto “sentimiento” y “emoción”.

Por ejemplo con Miguel siempre siento todo bien ceremonioso, es bastante serio. En comparación a Gabriel, a quien siento como si llena de un ambiente de fiesta y alegría inmensa.

En cuanto a este nuevo Ángel, Uriel, la primera vez que dio un mensaje a través mío, fue para doña Elena (mamá de Verónica). En esa ocasión expresó muchísimo conocimiento “metafísico”. Por ejemplo, el poder en energía de la oración.

Particularmente en el mensaje 141 lo sentí sumamente rígido, casi como si me estaba regañando. Sé que ellos no se mueven en las emociones como yo. A veces dicen cosas muy fuertes para nuestros oídos, y lo hacen con una gran calma. Por ejemplo si lo que se dice es sobre la conducta particular de alguien, lo expresan sin “emoción”, pero envuelven en mucho amor al ser humano por el cual están expresando.

Siempre piden, que no condenemos, sino, que llenemos en oración a dicha persona.

Muchas veces esta persona es nuestro hermano, esposo o algún conocido. Esto lo hacen, para que no se nos olvide que incluso el peor de nuestros “enemigos” (aquel que nos daña tanto o no nos ama) es también un ser humano amado por Dios. Creo que el mensaje 141 era sobre todo para mí, –en lo que Uriel dice–, de que uno ajusta a Dios a uno, y yo soy muy haragana, cómoda y egoísta. También lo de “predicar con el ejemplo” y “orar”. Personalmente, no lo hago como quisiera, no soy consistente, digo una cosa y hago otra… bueno, la lista es larga y ya voy a aburrir con lo mismo. Este es el mensaje:

Uriel:

–Siempre hay libertad en el espacio. No, no es regaño, es amor. Para que caminen recto sin dolor por la vida en el cuerpo terrenal.

Es el Padre Celestial quien les vela. Yo sólo soy un emisario. Así como muchos entre ustedes… son emisarios entre ustedes si se permiten expresión sublime del amor en verdad. Y la verdad es todo lo que hay en el reino de la paz por la paz en el Señor.

Soy emisario. Yo no tengo confusión, ni tampoco la “emoción” del momento humano. La emoción, al disturbar el pensamiento, no le da paso al sublime corazón permitirse ser honesto, valeroso, verdadero a su eterno corazón de amor en la Gloria del Señor.

Para muchos de ustedes que leen ya esto es conocido, pero estoy dejando todas mis impresiones por escrito, junto con los mensajes que recibo. La mayoría de cosas son nuevas para mí. Sobre todo, en lo que respecta a esto de amar a todos y bendecir todo. (¡Me cuesta tanto!).

Pero para aquellos que igual que yo, están en esta lucha diaria contra el ego, el egoísmo, la falta de voluntad y todos los etcéteras, para ellos escribo esto. Y a los que ya encontraron su camino, pues a Dios que me Bendiga, permitiéndome conocerles porque ciertamente son ejemplo para mí. Mi amigo Gustavo S. ha sido un ejemplo grande para mí, en cuanto a lo que yo quiero llegar a hacer: aprender a ordenar mi mente; y a lo que quiero ser, una persona íntegra. Lo de ordenar la mente, pues voy a paso de tortuga: ordenada en lo que veo, como, hablo, hago, y los etcéteras respectivos. Ya que la integridad la podemos conseguir con el orden en la vida, precisamente, para esto tenemos los preceptos o Mandamientos de la Ley de Dios.

Ojalá y en algún momento ustedes se animen y compartan también con otros lo que aprenden. Creo que el temor al “qué dirán” es muy grande. Pero sólo recuerden que al compartir su conocimiento, también están Bendiciendo con sus palabras, otras vidas. Para mí este es el servicio.

Este “servicio” que yo hago tiene alcances limitados, en cuanto la mente se propone muchas veces a entorpecer al corazón. Sobre todo en esto de “será o no será real lo que sucede”. Conociendo a otras personas que también reciben mensajes, me doy cuenta que a todos en algún momento nos consume la tal duda. Pero como dice mi amigo Mauricio P. (cuyas palabras jamás voy a olvidar) Dios se mueve en la “cotidianidad de la vida”. Caso contrario, se desvirtuaría su razón de ser. Esto es, para aquellos que esperan que se abra el cielo o se muevan cosas o “ver” cosas fuera de lo común. Así pues, sólo pido a Dios porque se nos quite el miedo a todos. Y aprendamos a compartir.

“Dar mensajes y compartir conocimiento” estas palabras están grabadas en mi mente y corazón, pues fueron las palabras exactas de Dios Padre, en cuanto a lo que yo tenía que hacer. Desde entonces hasta acá, puedo decirles sin temor, que he conocido a un Señor que nos ama a todos y sobre todo, no nos juzga, nos perdona y aun cuando fallamos (que en realidad JAMAS  le fallamos a él, sino, a nosotros mismo) nos sigue amando.

Para Él todos somos sus “hijos amados”. Aún aquellos que creen que ya no tienen otra opción más que dejarse “morir”. Para ellos y para cuando sintamos esos deseos de “morirnos” porque ya no soportamos, pues recordemos que debemos pedir “VIDA”, pues Él es vida.

Anoto pues, siempre los mensajes y trato de compartir lo que voy aprendiendo en el camino. Espero que ustedes a su vez, se atrevan a compartir lo que aprenden a través de sus propias vidas. Este fue el mensaje de Uriel también y al cual yo me uno.

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