Mensaje 150

Hace un par de semanas, un amigo me pidió hablar conmigo. Yo no quería hablar con él porque es pastor de una iglesia y yo he tenido ya algunas experiencias de rechazo por parte de los pastores. Me imaginé que otra vez me iba a «sermonear” por esto de recibir mensajes. Y la verdad es que me da tristeza esto de estar como “defendiéndome” de algo que yo hago con mucho amor. Sé que muchas personas tienen ideas bien diferentes a las mías. Algunos se refieren a los mensajes que recibo como: “mis escritos” o “mis pensamientos”. Y generalmente las personas de las iglesias que saben más que yo y me conocen, me rechazan porque me ven con todo el esplendor de los pecados que he cometido. Por esta razón, yo no hablo mucho con pastores. No es por miedo, es porque sé que donde hay discusión no puede estar Dios.

Dejo esto siempre anotado aquí, porque de alguna forma quiero reparar el rechazo que sentí por mi amigo Alex.

Alex no me “regañó”. Alex lo que deseaba era orar por mí. Y aquí, en estas palabras quiero dejar por escrito las Gracias eternas a mi amigo, pues su plegaria me llenó de mucha paz y amor. También sentí en su presencia la brisa que acompaña al Espíritu Santo. Las manos se me pusieron calientes, y sentía como si algo me daba vuelta en el pecho. Era una energía sumamente fuerte. Y yo sólo me paré ahí, con él, mientras Alex pedía a Dios porque me llenara siempre de Su Amor. (Es decir, no tuve que hacer nada, solo ESCUCHAR).

Cuando le dije a Alex que sentía esa “energía”, se molestó un poquito porque a ellos la palabra “energía” no les gusta. Mucho menos que le mencione yo la palabra “chakra”, pues es ahí donde sentí, en el chakra del amor (en el pecho) lo que su plegaria a Dios, pidiéndole por mí, causaba físicamente.

Sé que se llama chakra en metafísica, porque estuve averiguando porqué sentía yo esto que me daba vueltas en el pecho. Últimamente he sentido esto con mucha fuerza, como si algo se “activa” en mi pecho. No sé, no puedo explicar más.

Pero si creo ahora más que nunca, que realmente Dios no nos ve en las religiones. Pues aunque no compartimos con Alex las creencias, sí doy fe y testimonio que no eran sus palabras las que salían de su boca, sino, las de Dios. Ojalá algún día yo pueda orar por alguien de esta manera, y así llenarlo del Espíritu de Dios.

Luego Alex me pidió que ya en casa, leyera el capítulo 4 de Efesios. Me llama la atención porque Honestidad antes había pedido que leyera Efesios, todos los números 13.

Comparto siempre con quienes leen estos mensajes la solicitud de Alex de leer este capítulo 4 de Efesios. Ahora entiendo más esto de que no estamos solos, pues nos tenemos unos a otros en el Amor de Dios. Yo también pido, que nos podamos unir en ese amor, como me explicó Alex, que el motivo de unión entre hermanos sea, el Espíritu Santo. Estoy segura que si lo permitimos, no nos fijaremos más en las cosas que nos separan, pues comprenderemos que somos UNO, y aprenderemos a ser TRANSPARENTES y a no tener miedo a que nos rechacen, pues no habrá cabida a rechazos ni ningún sentimiento negativo. Solo amor.

También dejo aquí anotado, que ayer, mientras rezábamos el Rosario (estoy aprendiendo a rezarlo con mi familia), yo pedí ver a la Virgen. Pedí con tanta fuerza y la imagen que se formó en mi mente era tan familiar, era… ¡mi mamá!. Luego vino mi Ángel, Honestidad, y con mucho amor nos explicó que lo que pasaba era que la Virgen estaba en todas las Madres y que ella era Todas las Madres.

Me cuesta mucho rezar el Rosario, porque no tengo disciplina. También porque para mí esto era más para la gente devota y yo no soy devota de ningún santo. Pero lo estoy haciendo con amor, y con el espacio y tiempo requerido. Esto, porque también ahora entiendo que al ser obedientes a lo que el Padre pide, quienes nos beneficiamos somos nosotros mismos.

Así que, quiero abrir mi corazón y no estar de necia en mis creencias de antes pues en muchos mensajes habla el Padre de la humildad en cuanto a no pretender que lo sabemos todo. Aquí voy pues, y como siempre, mi vida un “libro abierto” en estas palabras. (Me preguntaba antes a quien iban dirigidos estos mensajes de “abrir el corazón” y “aceptar los cambios” y “tomar por cuanto hay” y no seguir en las “creencias arcaicas”. Y bueno, no hay peor ciego que el que no quiere ver, ¡y yo he estado tan ciega!).

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