El Señor es tu pastor, nada te faltará.
Son ustedes el rebaño, el rebaño del Señor.
Todos, cada uno de ustedes son el reino del Señor.
Son los hijos de los hijos por los hijos de los hijos del camino.
El destino, ese del cual temen o creen deben temer no es tal… solo Soy… el aquí y el ahora, por conseguir la paz por la paz del alma.
Porque alma Soy.
Y en espíritu y en verdad les digo YO SOY YO.
YO SOY VERDAD EN EL AMOR.
No hay duda en el quehacer, son ustedes cada uno y cada una, una flor en pleno apogeo, en pleno sol.
Pues Yo soy luna,
Pues Yo soy Sol,
Pues Yo SOY YO
No hay nada que se quede sin que mi amor no toque
Descansa.
Hablando del destino, quiero compartir con ustedes los siguiente: Paul le preguntó a Honestidad porque yo tenía visiones de eventos futuros (relacionados con la vida de Paul); si el destino no existe. Entonces el porqué de esas visiones. Que no era coherente entonces.
Honestidad le contestó, que en ese momento estaba viendo la película de su vida, que estaba sentado comiendo pop corn, cómodamente delante de la película de su vida.
Paul se molestó, pero Honestidad continuó haciendo bromas. Pero le dijo que el Padre tenía TODAS las respuestas, acerca de nuestro futuro y acerca del presente y pasado.
Pero hablando del futuro y del destino le dijo: (el siguiente relato es lo más cercano posible a lo que recuerdo se habló ese día, ya que no lo anoté en el momento, íbamos en el carro).
Honestidad:
“Ustedes como seres humanos pueden fácilmente predecir qué le sucederá a un hermano que tiene una vida desordenada. Digamos, qué dirías del destino de un hombre drogadicto y que no tiene respeto por su sexualidad. Me puedes decir que en un tiempo este hombre decaerá y hasta puedes predecir qué tipo de vida tendrá.
El Padre hace lo mismo con tu vida. Todo lo que estás escogiendo en este momento, hacen de ti la persona que eres, también están creando al hombre que serás mañana.
Pero tú te preguntas entonces, ¿dónde te deja esto?, ¿qué pasa con el libre albedrío? ¿Que si acaso no puedes cambiar de opinión?
¡Por supuesto que puedes! Pero, ¿qué pasa con esa decisión tuya, tan personal de no hacer ciertas cosas pues contaminan tu espíritu?
Esa decisión la tomaste muy joven y la has mantenido por toda tu vida hasta ahora. Nadie te lo ha pedido. Tú lo haces porque lo siente tu corazón.
Pues lo mismo hace el Padre. El no ve tu mente, ve tu corazón. La mente muchas veces trata de explicar algo que no tiene una razón terrenal. Tal como el tratar de explicarte esta gracia de conocer cosas de tu vida futura.
Tú le preguntaste al Padre algo específico, pues Él fue especifico en Su respuesta. Nada niega a nadie, siempre que esté listo el corazón y esto no cause conflicto con tu mente. Pues nunca será propósito disturbar o distraerte y mucho menos, quitarte la libertad de escoger.
Mayo 2001