Mensaje 120

Miguel:

Lo sobrenatural es lo común a nosotros, pues es así como nos comunicamos alrededor de tu mundo. En otras esferas también somos, pues DIOS ES todo cuanto hay.

Muy muy grande en energía es el Padre,

¡NO TIENES IDEA!

Pues no hay principio ni final en El. Difícil lo sé, que a tu entender algo no tenga principio o final, pero EL ES.

E igual SOMOS

E igual ERES

No tienes final, pues como parte intrínseca del Padre no puedes pretender que no eres inmortal.

No, no existe.

Miguel lee mi mente, pues antes de preguntarle ¡me contestó! esto sé que es una gracia para ellos, ya que no pueden trasgredir la energía de ningún cuerpo, pero si “lee” mi pensamiento, lo hace porque Dios así lo permite.

Yo quiero preguntarle más pero no me permite, pues quiere que escriba.

Esa es la idea, pero lo que si hay es energías muy mal dirigidas a no desear el “bien común”.  Bien es lo relativo en tu mundo, lo contrario del mal.

Me habla del “bien común”. Que es como las bendiciones al llegar a una persona, también otras son tocadas por dicha bendición. Lo mismo es la energía que queda en las casas cuando todos andamos enojados, intranquilos. Contaminando a nuestro paso con nuestra pesada energía negativa, es esto lo contrario del AMOR.

Es NO PERMITIR A DIOS en nuestra casa. Es aquí donde se maneja eso que ustedes conocen como “el mal”, en todo eso que permiten tenga poderío. Se maneja esto a nivel de emociones. Ustedes SI SON SUPERIORES A ESTO, me explica.

En cuanto están sabedores que el AMOR se aleja de ustedes al entrar en disputas y respuestas hirientes por parte de sus hermanos.

Luego me dice cosas acerca de la libertad. Lo escribo pero no entiendo muy bien:

Miguel:

Por ejemplo, ve una gaviota. Necesita ESPACIO. Está mal mantenerla atrapada. Pero si se lastima, es necesario cuidar de ella en una jaula, hasta que nuevamente pueda volar.

O en su caso, aprender a volar nuevamente.

Es así con ustedes.

Nacen libres de pecado, contrario a lo que tú crees.

Dios no envía NADA en “pecado”.

Ya todo fue y sigue siendo limpiado en nombre y por el nombre de Jesús.

No tienes idea de cuánto hizo Jesús, como hombre. Porque su reino no era terrenal, y por ello, al saberse parte del Padre dijo: “EL PADRE Y YO SOMOS UNO”.

Sabía que contaba con TODA LA GLORIA DE LOS CIELOS, más no de la tierra. Pero eso de la Gloria, muchos no quieren ver. Se limitan al plano metafísico o al plano meramente espiritual.

Jesús vino como hombre, tuvo una existencia con todo lo que ustedes en carne “sufren” o dudan.

Jesús no tuvo ningún peldaño diferente al de ustedes. Más bien, Él fue un peldaño para ustedes, para sus almas.

Él nunca tuvo confusiones de los tipos que le quieren atribuir: de la carne, en el sexo. Pues su alma sabía que su misión era HACIA AFUERA, con LA HUMANIDAD y no hacia adentro para saberse “conocedor” de las cosas de la carne.

El hijo de mi Padre ES UNICO EN EL CARACTER DEL ALMA/CUERPO ENTRADO EN TIERRA.

Muchos no quieren entender la divinidad. NO comprenden que no hubo nada en él que viniese a condenar.

¿Qué razón habría?

Más pretenden ensuciar su dulce nombre atribuyéndole los arraigos tan básicos de la carne.

Muchos escogen ese camino “de castidad” como ustedes le llaman. Mas no es que el cuerpo se “ensucie”. ¡Nada más lejos! Eso desvirtuaría lo que el Padre ha hecho.

Pero sí, el hijo de Dios hecho hombre escogió que su misión no sería en una familia carnal, sino, espiritual.

Nuestro Padre:

Hija, es importante que la gente entienda lo hermosos que son ante mis ojos sus cuerpos y sus funciones.

¡No frunzas el ceño!

Taty:

–¡No entiendo!

Nuestro Padre:

–Ve, la vida comienza aquí conmigo, al pasar de regreso, vienen a mí. Más en el ínterin escogen experiencias a vivir.

La vida es una experiencia maravillosa, a gozar de ella por cuanto hay. Mas muchos arraigan culpas, atribuyen “pecados” –por lo que consideran pecados–.

Mas YO les digo, no hay pecado ante mis ojos, más si hay algo que es lo que a ustedes les causa inseguridad, tristeza, arraigo o pena.

Eso es para mí el que ustedes estén viviendo estando muertos pues no se permiten experimentar la vida en virtud de mi amor.

Muchos sufren porque creen que el camino hacia mí es en sufrimiento, pero YO les digo, YO SI LES DIGO que la vida en MI no es más que la ALEGRIA DE SERVIR DIA A DIA SIN QUE OJOS LES OBSERVEN.

Solo porque el corazón se regocija en el DAR, en el COMPARTIR.

Llega ese momento en que plenitud encontrarán en el servicio.

Ahora, por lo que tienes tan arraigado: el sufrimiento ciertamente purifica. El alma “aprende” a ver, a discernir, y el discernimiento es SABIDURIA.

Pero la sabiduría no tiene por qué estar separada de LA ALEGRIA DE VIVIR, en el GOZO DE DARSE A TODO AQUELLO POR LO QUE CREEN.

Pero si sufren, –porque creen que así están más cerca–, digamos, infligiendo en carne latigazos, –que ya lo han hecho–, o poniendo a prueba resistencia del cuerpo,  QUÉ POCO ME CONOCEN, pues Yo soy Padre Amoroso.

¿O acaso tú no te deleitas en el SOL que baña el rostro de tu hijo cuando alegre sale a encontrarse cada día con la vida?

¿Crees que es tu pena mi alegría?

¿Qué piensas tú?

Taty:

–No, no creo que sufriendo a propósito esté más cerca de usted. Creo que el discernimiento sobre lo que yo quiero hacer es lo que más me acerca a usted, en cuanto yo viva mi verdad, sin engañarme. Pero, ¿cómo puedo estar segura? Es como aquella vez que me enfermé, y tenía planes de ir a repartir comida. ¡Cómo me juzgaron! Que así era como el diablo se maneja, mandándome enfermedad para que yo no repartiera la comida, pero me sentía tan débil.

Nuestro Padre:

¡Y te mandé ayuda! ¿Te acuerdas? para que pudieras descansar. Y eso, ¿no es mi mano acaso?

Taty:

–Sí, pero no se supone que sea así.

Como recuento: En navidad del 2000, hicimos comida en mi casa para repartir en la calles de San Salvador a gente necesitada, pero el día que saldría a repartir me enfermé. Me sentía muy débil. No sabía que haría con tanta comida si no podía salir a repartirla. Pero en cuestión de media hora, la casa se llenó de amigos: Marta Eugenia, mi tío Eduardo, Claudia, Rose Marie. Y entre todos se repartieron la comida, quedándome yo en casa. Sí me sorprendió que de pronto llegara tanta gente a la casa. Pero si me sentí triste porque no pude hacerlo personalmente.

Nuestro Padre:

¡Cómo dan poder a lo que no lo tiene!… Si ese es tu pensamiento, así será tu acción. ¡Y todo lo que venga de ese momento, será producto de una ávida imaginación deseosa de que el tal diablo llegue!…

Taty:

–¡Pues si!, toda la gente pronuncia tanto esto del mal, que si yo estoy con usted lo otro me va a “tentar”, y me siento que no merezco esta felicidad porque a cambio tengo que dar mi paz mental. Pero la verdad, que usted sabe cómo es todo, en mi corazón. Yo no tengo confusión  con respecto a usted, estoy lista para lo que sea porque usted es quien vela.

Nuestro Padre:

–¿Y la gente te preocupa?

Taty:

–¡Claro! ¿O acaso no es propósito que ellos lean y apliquen a su vida estos mensajes?

Nuestro Padre:

Esa es labor de cada uno, y cada uno en su tiempo tendrá lo que busca, por lo que “lucha”. Por eso te dije y repito “a la gente hay que dejarla libre”. LIBRE DE TI. No emitas juicios de apreciación por cada uno que intentas tocar. Que no eres tú quien los toca. SOY YO quien estoy llamando. Y llamo de muchas maneras. Esta de palabras es la más rudimentaria y la menos efectiva. Por eso viene esto del sufrimiento que tanto desean experimentar algunos, porque sólo así creen que YO les llamare. Pero les llamo en AMOR no en DOLOR. En dolor es cuando más sienten mi presencia. Por eso creen que es lo que les acerca a mí.

Por eso Miguel dice, que ojalá estén atentos a la magia, la magia del día a día. Porque cada momento en su existencia ES MAGICO. Por cuanto todo lo que ustedes tocan es sagrado PARA MI.

Ahora, a lo de la seguridad: no estarás segura si ves hacia afuera. Primero mira adentro. Luego, cuando el Sol bañe cada parte de tu alma puedes tranquilamente recorrer el mundo, que en efecto así lo harás, divulgando MI PALABRA con tus acciones, y tus hijos, serán rayos de luz en medio de oscuridad.

C. A.: mira adentro.

A: Es mi dicha tu alegría, el amor te llegará muy muy pronto, abre puertas y ventanas, que soy YO quien envía el mensajero del amor. La dulzura es corazón de Jesús. Te amo dulcemente, me acomodo y te observo y te soplo al oído y a B, que avanza de la mano de su ángel…

Miguel:

Que soy yo, emisario de mi Padre.

Descansa…

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