Mensaje 135

El Señor:

–Es el corazón eternamente, completamente bondadoso.

Taty:

–¿Por qué siempre nos dice esto?

El Señor:

–Porque parecen no comprenderlo.

Taty:

–¿En qué sentido?

El Señor:

–En la amplitud. La bondad no tiene límites, el odio sí. Por cuanto el odio representa mucho miedo, y el vivir en miedo y en la duda lo único que trae es la vida en discordia con el alma.

Alma pura, esa de todos juntos.

Alma… juntos todos pueden conseguir mucho cambio en corazones duros… sedientos de pasión por la vida.

Vean qué negación más grande la que tienen ustedes, pues se limitan por creencias, por gustos, por dilemas… tan humanos…

Pues vean, Yo les llego a cada uno en su manera, mas muchos me buscan tanto donde no estoy.

Taty:

–¿Y por qué dice esto, si usted está en todo?

El Señor:

–Pero ve hija, me buscan en sus mentes, al quererse convencer y encasillarme en esas creencias burdas. No se necesita nada diferente ni especial para que sientan Mi presencia en sus vidas. Mas sus mentes les alejan de Mí…

Al pensar,

Al contar,

Al ver las maneras tan humanas de creer que Soy. Mas no estoy en sus formas tan humanas de la duda, pues Yo Soy certeza.

No estoy en la desdicha de pensar que no merecen ya más nada de la vida, pues Soy Dicha y Yo Doy Vida.

Yo Soy Yo, en cada uno, en ser humano.

Mas ustedes, mientras más alejados se mantengan y no se integren en Amor, –no en religión–, pues sólo así es el amor del ser humano, que permite el diamante con su Luz, es ahí donde verán refulgente corazón.

Me explicó cómo nos separamos mediante la religión, en lugar de unirnos. Y, que podemos aprender a unirnos mediante el amor y la tolerancia, sin importar las “creencias” de cada uno. Explica mucho, no alcanzo a escribir. Sé que esto me lo dice a mí, para que no juzgue a quienes no comparten mis creencias por mi religión católica. Dicho sea de paso, cada vez siento que tiene más sentido en mi mente humana lo que yo siento por los ritos que antes no tenían sentido. Ahora cobran un sentido para mí, y aprendo a realmente disfrutarlos. Creo que de pronto me encuentro “criticando” y juzgando, y eso me separa de quienes escogen un camino diferente al mío. Y esto, sé ahora, me lo dice porque lo vivo en carne propia, al ver a mi familia separada por esto de las religiones.

Aprendan a ser indulgentes con sus hermanos.

Aprendan a ser condescendientes con los pobres de espíritu, y llénenlos con su Luz, Luz de Amor y Compasión.

Me repite, que nuestro amor por él y la Verdad nos debe unir, que Él es unión, no es separación. ¡Es mucho lo que me explica! Dice que en su momento aplicaré lo que me dice, que queda en mí. Yo no entiendo. Y sé que Él entiende mi ignorancia, pero sé que el espíritu de Dios está conmigo y estará cuando hable, como en todos mis hermanos que divulgan Su Palabra.

El Padre:

–Al negar a algún hermano y sus creencias, están negando también mi esencia. Pues Todo Soy, en Todos Soy y Estoy… sabedor, conocedor.

No hay nada que Yo permita para mantenerles alejados de mí, pues Yo Soy, más ustedes entre ustedes por ideas diferentes se condenan.

Muy dentro de cada uno está la inmensa alegría de amarme y se me ama en hermanos. No en aquellos solamente que comparten lo que ustedes en palabras ya pronuncian.

Por eso digo: Aprendan a escucharse.

Yo Soy la gran Verdad que reside en cada uno de ustedes.

La necedad de encasillarme lo único que hace es limitarles en la mente, mas no en espíritu. El espíritu jamás puede ser tocado o alterado.

Pueden experimentar ustedes como deseen, más les digo, en esos estadios alterados que pretenden, sí les tocan en ideas espíritus que a su gusto quieren ser, y se separan… se disgregan, pues no quieren ser el UNO que hay en mí.

Yo Soy UNO. Yo Soy Todo lo que hay, tú y todos tus hermanos forman parte de mi Unicidad.

En diferentes momentos de su historia creen que llegarán a mi Luz, más el tiempo y el espacio son conceptos terrenales, necesarios para mentes tan humanas, imperfectas, mas lleno a todos YO con Mi Perfecto amor.

Vean la gloria de ser, pertenecer, aprender y crecer en su camino terrenal.

Yo Soy la Gloria terrenal y del infierno de los cielos también les libero.

Taty:

–¿Y qué es eso del infierno de los cielos?

El Señor:

–Son las condenas que infringen en mi nombre a su espíritu. Ese infierno que muchos quieren vivir al no saber perdonar, y perdonarse.

Es cuando solo lodo ven, y no quieren ver que sólo basta levantar la mirada hacia el cielo y las estrellas, para que no se fijen en el fango que les llena esos pies.

Vean, luz de luna, luz de estrellas, que les llena cada día. Perdónense ustedes, porque creen en su ignorancia y arrogancia que sólo su verdad existe.

Yo Soy Todo. Yo estoy en ese pensamiento más glorioso que les puede llenar.

El infierno hija mía, ¡es la duda!, es el encasillarse en la rutina hija mía, y en esos corazones tan duros que no permiten ni siquiera por el más leve instante escuchar.

Aprendan hijos míos a escuchar.

No impongan sus ideas, que el más alto ideal del más humilde entre ustedes, llena cual estadio de luz gloriosa cuanto hay.

Aprendan a aprender a escuchar.

Escuchen.

Aprendan a Escuchar.

Escuchen corazones.

Te preguntas porqué “pido” tanto esto, pues pregunto ¿Cuántos de ustedes realmente saben lo que el corazón de quien les ama tanto, desea más fervientemente?

¿Acaso lo saben?

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