Este día, platicando con mi tío Lalo, a media conversación llegó el Señor. Sentí la energía fuerte en la coronilla y se llenó nuevamente de brisa el ambiente. Mi mamá al darse cuenta, aprovechó y escribió lo más que pudo. Nos causó risa con mi tío, porque estábamos hablando del libro que dijeron consultáramos, el de «Conversaciones con Dios» de Neal Donald Walsh. Y cuando llegó el Padre, le dijo a Lalo, “¿Conversación conmigo?” y bromeó mucho acerca de esto. Luego a mí me dio un jalón de orejas. Por no confiar dijo, pero siempre, con el amor que caracteriza sus “regaños”. Esto es lo que mi mamá alcanzó a escribir (de casi 1:30). Dijo:
“…que los mensajes que nos dan del cielo, siempre serán para encausar.
…que es bueno aprender a Ver, que esto conlleva a lo que en la tierra le llaman “pruebas”.
…a A. J. la tengo en mis brazos, que confíe, que cuando tenga dudas oiga su corazón y no habrá lugar a equivocaciones. Que Él ve el corazón
…En verdes campos hará descansar a todos y cada uno que esté cerca de Él y los va a tocar, no duden. Todos somos medio para su Amor al mundo. Aquel que aprenda a verse en bondad, podrá tomar lo mejor que Él da, eso significa no dudar.
Mensaje a V. (te lo envío)
¿Acaso no todos son mis hijos?, pero hay muchos que escogen cualquier otro camino, más libres son… pero si quieren solución en Verdad y en Amor reúnanse y ayúdense en amor.
…Cuando el tiempo sea mejor ella sola (L) aprenderá a quitarse el dolor de cabeza. De acuerdo a su perspectiva (L) todo es 10 veces más grave.
Pidió, que yo aprenda a caminar sin velos, “pues entre más transparente eres, más ayudas a otros a limpiar”.
A C. “crees que vas caminando en un túnel oscuro. Pero el túnel es luminoso, lo verás si te quitas los velos…”
Dijo que nos mandaría lluvia, para limpiar los corazones y cayó llovizna! Pidió que nos reuniéramos el Jueves 26, a las 3:00 pm.: Claudia, Ana Julia, Lalo, Elida, Verónica y yo.
Ese día nos reunimos. Pero no escribí, sólo transmití el mensaje que nos dio a todos el Señor y sus Ángeles. También sentimos la presencia de doña María, (nuevamente su perfume). En lo personal todo esto me ha servido para aprender a expresar mis sentimientos con amor. Y no quedarme callada o alejarme cuando algo no me parece. O peor aún, a que si hablo, hacerlo con amor. Cuando no hablo con amor, hago mucho daño (más del que yo puedo creer). Así que, esta experiencia la comparto con todos, en el intento por no tener miedo a mostrar mis sentimientos, pues estoy aprendiendo a que nada puede herirme si lo hago con amor.
Antes no creía en las pruebas. Pensaba ¿prueba de qué necesita Dios de mí?… Pero ahora, entiendo que no he sido humilde para aceptar que yo no lo sé todo y que aún estoy en “pañales” en cuanto a mi humildad, ego y honestidad. Tanto para mí como para con mis hermanos.
Aquí dejo por escrito esto, agradeciendo a Dios ayudarme a poner paz y amor en mi corazón y sobre todo, a verme con más amplitud y objetividad.
No me gusta verme lo feo que tengo adentro. Pero si no aprendo a verlo, no puedo desecharlo y volverlo amor y verdad. No sé aún si lo estoy haciendo bien, esto sólo el tiempo lo dirá. Pero Él ve mi corazón y sé que nunca me abandonará. Aun cuando haga, piense o sienta lo peor que un ser humano puede ser o actuar, Él estará ahí listo, para susurrarme al oído su amor por mí. Esto lo digo, porque cuando estamos enojados esperamos que Dios se nos muestre en el estruendo, en los cambios que no vemos o peor aún, esperamos que las cosas sean como nosotros queremos. Pero, si estamos ciegos y con “las anclas del espíritu”– como dice Atilio, (refiriéndonos a la envidia, egocentrismo, celos, etc.); difícilmente nos moveremos en verdad y amor. Y el Padre es eso: Verdad y Amor.
Ayer Dios nos dijo que “cuando esperamos el trueno, él se acerca y nos susurra al oído, pero si no nos aquietamos, no lo escucharemos.”
Ojalá y todos juntos algún día, nos convirtamos también en susurro a nuestros hermanos para que aquellos que andan apesadumbrados, temerosos y solos, puedan descansar en nosotros.