Mensaje 146

El día 30 saliendo de mi oficina me encontré con una amiga. Nos quedamos platicando un buen rato y de pronto sentimos maravillosas presencias. Para mí fue diferente, pues nunca había recibido ningún mensaje de estos seres. Se llaman Serafines.

Mi amiga –que tiene don de visión– vio a dos de ellos, y según sus palabras, son como cristalinos. Yo no veo nada. Ni tampoco tuve visiones. Pero sí percibí la fuerza intensa de ellos.

También tuvimos la maravillosa visita de la Virgen. Ella la vio también y era María Auxiliadora. Al estar viendo ella esto, se le llenó la cara de unos puntitos brillantes (como brillantina).

Anteriormente a otra amiga le vi estos puntitos brillantes cuando visitamos el Cerro de las Pavas y hablamos con la vidente de la Virgen en ese lugar. También sentimos el olor a nardos.

Dentro de las cosas que ellos dijeron fue: que somos pilares del Padre, y por esto es necesario aprender a Ver. (Tienen mucho tiempo de estarme dando estos mensajes acerca de aprender a VER). Y también explicaron nuevamente, pero con otro sentido, lo que es vivir en Cristo.

No es fácil expresaron, por cuanto requiere altas dosis de humildad y conciencia y deseo de superarnos en nuestras faltas naturales de la carne. Pero al final, llegamos a la cima. La cima, es el lugar donde está el aire puro y nuestra visión es completa, llena y plena. Esto también conlleva a poder VER a los demás, por lo que muy necesaria es la tolerancia y el discernimiento. Esto, para no juzgar, sino, ORAR por aquellos que no quieren utilizar sus sentidos para unirse, más bien, los quiere usar para separarse. Pero que en la medida nos entreguemos a las cosas de Dios, todo lo demás es vano (y me recordaron lo que nos enviaron a leer de Eclesiastés), pero vano en el sentido que ya no necesitamos las cosas que nos atan a la carne o el espíritu pues en el amor de Dios, nada nos disturba. También hablaron nuevamente de la confesión con el corazón contrito. Lo necesario que es mantener el corazón así, para permitir que el Padre gobierne nuestra vida.

Al llegar a casa le comenté a mi mamá todo lo que dijeron. Y me dijo que ella ha estado orando mucho a la Virgen.

Este día, alrededor de las 2:00 am me desperté. Otra vez, sentí la presencia de los Serafines. Aproveché y recé el Padre Nuestro varias veces. Luego me pidieron que escribiera este mensaje para todos. Sí quiero mencionar que me llamó mucho la atención que para mí esto ocurrió en el lapso de unos 40 minutos. Pero al ver el reloj, eran ya las 4:10 am. Pasaron más de 2 horas y yo no me percaté. No entiendo cómo me perdí en el tiempo, no sentí nada más que la brisa y un cierto recogimiento en la habitación, como si todo se hubiese aquietado.

Serafines:

El fin primordial y el don primordial es el de aprender a Ver para moverse en la Verdad que lleva al amor puro de Dios Padre. Dios Todo Dios, Dios.

Muchos consideran camino en soledad para encontrar, más nunca solos están si abren puertas y antesala a la vida en Cristo.

Cristo Jesús… no es fácil vivir en él, por cuanto exige entrega total de Verse tal cual, y entrar a esas mismas entrañas del ser humano… uno a uno. Y al contrito corazón que en razón de su amor por la vida –que es verdad, alegría y amor–, sacan de muy dentro lo que no sirve, lo que estorba al camino y así encausar el amor eterno, grandioso y verdadero.

No teman verse.

No teman en cuanto esto traerá un movimiento interno que lleva a la paz y gracia eterna.

El estar en gracia se convierte en el estado natural del ente humano por cuanto es propósito en el cielo que contrito corazón halle su lugar en el mundo y en el espíritu –que es de todos, corazón–

Pero vean, esos velos de orgullos, falsedades materiales, –falso, pues son parte de su realidad–, sólo se vuelven pesadas cargas en camino hacia la libertad.

Por eso decimos hija, hermana, todo es la vanidad, que vana es… pues la gloria no se consigue en las cosas materiales que les atan, más liberan. Libertad es respirar día a día, y dar gracias a Dios Padre por el aire que respiras… Y ver porque la vida es un lugar donde hay sonrisas, verdad y amor. Más si sólo gris se ve alrededor –que en efecto, esa es la visión de algunos pobres corazones–, entonces ojalá entiendan que es momento de abandonarse al Señor. Él guiará, en bondad y en verdad y encausará en el amor por conseguir la cima, que no es camino compartido. Es camino individual. Mas muchos botan carga sobre hermanos, en las cábalas, en las cartas, los oráculos; en toda pregunta hacia afuera y no hacia adentro de sí mismos, porque no se dan cuenta que la Gran Verdad se encierra en todos y cada uno.

Carga pesada pues, entregan a hermanos… llaves del “destino”, queriendo saber, queriendo ver… Mas vean, todos y cada uno se encuentran en caminos diferentes y por lo tanto, visión no es la misma. Más si cada uno logra vivir plenitud en la luz, –que no es cegadora esta luz–, al final todos se unirán en la Gran Verdad del Amor de Dios Padre. Mas mucha carga le dan ustedes muchas veces a hermanos, haciéndoles partícipes de sus dudas y quebrantos. Está bien en la amistad, ese hombro en cual llorar, más si es por saber qué el futuro les depara o adivinar qué es hermano el quebranto, ¡Qué poco saben! pues no conocen que esa Gran Verdad Universal reside en aquietarse y confiar que Dios Padre proveerá conocimiento, paz, verdad y amor si aquietan corazón y caminan en verdad.

Mas muchas veces esas envidias no les permiten ver lo más preciado de lo cual les ha dotado el Dios Padre y eso es el bondadoso y grandioso corazón…

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