Este mensaje lo recibí la misma mañana que recibí los mensajes 153 y 154. Pero en este último me llamó mucho la atención la manifestación del Ángel. Yo ya no pido “pruebas” de Sus presencias. Pero este día ya había recibido 2 mensajes, quería asegurarme que no era yo la que estaba “inspirada”. Sentí a Honestidad conmigo y creo que sintió mi inseguridad ya que una fuerte ventisca entró en la sala (yo estaba sentada en el comedor) y atravesó la habitación hasta llegar al patio. Le pregunté el porqué de tal manifestación pues incluso la lámpara –que estaba apagada–se encendió por un momento, luego recibí un mensaje para Giovanni, fue increíblemente especial por la fuerza y el amor con que Honestidad me lo dio. Sentí que expresó más de lo que pude escribir.
Honestidad:
Muchos no se percatan de nuestra presencia, pues atribuyen a eventos naturales lo que en su radio de acción sucede. Es natural, ¡pues somos naturales!
Mi Ángel está muy contento este día, sonríe cuando dice esto, bromea mucho.
Ve la brisa… Si estás con alguien y le dices de mi presencia y siente la brisa, su mente atribuye suave brisa a cambio climático ¡por supuesto!, TODO les puede suceder a esas mentes, menos DIOS. Se niegan lo grandioso del día a día del Creador. Mas el alma dentro, muy dentro, reconoce. Más la mente impide que se recree. Muchos incluso pondrán muchos obstáculos a tus palabras. Algunos canales se gastan mucho en explicar, pues genera energía convencer…
No hay nada de lo cual convencerse, pues lo que es, ES.
El tratar de convencer es para la mente, y esa, si se empecina en no pasar al campo del espíritu, pues hija, hermana, ¿qué haces tú ahí?
“Si Dios es mi Patria y mi bandera la Libertad de sentir el viento y la brisa… y el Espíritu Santo es mi guía…”
Lo anterior me lo dice entre serio y bromeando, hasta un poco solemne y al sentir mí confusión me expresa, que rememora las palabras de un poeta y escritor, cuyo destierro generó las más grandes palabras acerca de la libertad. Y luego agrega:
Bueno, si entramos al campo romántico de la libertad ¡no saldremos jamás!.
Anoto aquí que este día realmente siento diferente a mi Ángel, no sé cómo explicarlo… al pensar esto me dice que él es igual, que la diferente soy yo pues mientras más abra mi corazón “las posibilidades infinitas del amor supremo comenzarán a tomar forma en mi vida diaria, y que esto lo expresa a todos ustedes que leen estas palabras de los mensajes del Señor”.
También le digo a mi Ángel, que llevo días de no recibir mensajes del Padre extensos como antes. Sí siento su presencia así como algo cálido en mi vida, que me reconforta, pero no me pide que escriba. Honestidad ante esto dice:
Que el Señor me va cargando en sus brazos, y que Tronos, Potestades, Serafines y otros tantos aún no descubiertos por la humanidad, acompañan al Padre cual sequito; y que es cuando no le “sentimos” o “escuchamos” que más cerca está.
Honestidad sonríe y me dice lo anterior con mucha alegría. Creo que él sabe que no pienso pasar este mensaje, pues dice cosas personales… y continúa:
Este mensaje es para todos, pues TODOS son llevados por las manos y en los brazos amorosos del Padre. Mira la relación de las palabras, que son para la mente, pues ve, el Padre realmente no tiene brazos ni manos pues Él lo que sí tiene y Es, es la Energía Pura, más pura del amor. Pero mira la forma que limitas con tu mente… y a esa, bueno, ¡a esa no la puedo componer!… (Ríe)
A mí me pide mi Ángel que sea Humilde al escuchar lo que me digan, pues todos son Ángeles del Señor cuando hablan del amor del Padre. Hay muchas cosas que no entiendo, y por no entender las rechazo, creo que por esto me menciona que debo ser humilde. Espero estar viendo y no auto engañándome en estos mis modos muchas veces necios, por dar por sentado que así como he pensado que son las cosas, no me permito conocer más. Es como si yo misma me limito al no permitirme ver mis propias equivocaciones en mis creencias. Sé que esto no es “malo”, –por cuanto no hay nada malo en empecinarse en los errores y creencias–, pero sí, me limita a crecer espiritualmente. Un ejemplo de esto es lo que yo pensaba antes de los rezos, del Rosario y los Santos. Dios que ve mi corazón sabe que yo nunca tuve fe en nada de eso.
Ahora sé que los Santos están en espíritu con Dios, y que nos pueden ayudar en nuestras plegarias sobre asuntos específicos. Como dice mi tío Eduardo, Dios es un administrador Perfecto, y nos provee de mucho, ¡mucho! y no tomamos lo que nos ha dado ya sea por indiferencia o ignorancia. Espero no continuar indiferente y dejar mi ignorancia y así dar cabida a más amor en mi vida.
Humildad y aceptación, no juzgar, y tomar de cuanto hay, con la mente y corazón. Mente, porque mucho te cuestionas y ya es momento de comenzar a vivir. Y para todos: les amamos, les cuidamos y velamos. Giovanni (mensaje te lo envío). El día jueves 23 de agosto, mientras rezábamos el Rosario, llegó Sara. Se mantuvo callada. Luego manifestó que llegaba a llevarse las plegarias para la Madre. Que ellos, Seres de Luz, Ángeles o hasta el Padre mismo, lo hacen siempre que las personas rezan. Realmente dijo, venimos a “traer” sus plegarias. Luego tuve una visión de un campo muy verde y lleno de árboles, le pregunté si ella iba en su camino hacia la Madre, por algún lugar como ese. Dijo que no. Que ellos no se movían en el tiempo y espacio terrenal. Que es muy diferente. Es como si todo es más rápido en el tiempo de ellos porque para el espíritu el pensamiento es acción. Esto, aplica a nosotros ya que nuestros pensamientos sí pueden convertirse en acción si el pensamiento es constante y somos perseverantes.
He ahí uno de los poderes inmensos de las plegarias. Pero si usamos nuestro pensamiento hacia el lado negativo las consecuencias también se vuelven palpables. Un ejemplo son las expresiones que escuchamos cada día como “nada funciona bien”, “no me gusta esto”, “no soporto mi trabajo”, “no me sale nada bien” y la peor, que escucho a menudo de conocidos: “jamás voy a encontrar alguien para mí, que me ame…”
Al pensar así, o peor aún, al expresarlo, lo que hacemos es darle “forma” a ese pensamiento en nuestra vida. Así, el trabajo se vuelve una carga más pesada y ponemos mayor atención a TODO lo que realmente no funciona bien, desmereciendo lo bueno, por pequeño que sea.